Las Arenas Olvidadas ejerce de continuación de la trilogía formada por Las Arenas del Tiempo, El Alma del Guerrero y Las Dos Coronas, que recuperaron hace años el nombre de Prince of Persia y la convirtieron en una de las grandes sagas de la pasada generación. El juego recupera esa estética realista, los saltos y zonas de plataformas complicadas y los combates contra varios enemigos, combinando elementos vistos en los tres anteriores juegos, aumentando considerablemente el nivel de dificultad en comparación con el permisivo y bastante automático Prince of Persia del año 2008, e integrando las novedades vistas en el género en los últimos años, desde Assassin’s Creed, del mismo estudio de Ubisoft, hasta el reciente Batman: Arkham Asylum. El resultado, según hemos podido comprobar con una versión bastante avanzada del juego a la que hemos dedicado varias horas, es tan satisfactorio como familiar. Parece como si Prince of Persia de 2008 hubiese sido un spin-off, y ésta fuese la continuación natural de la saga, con todo lo que eso conlleva.
De hecho, es la continuación de “Las Arenas del Tiempo”, el primero de la anterior trilogía, haciendo de puente entre los sucesos de éste y su segunda entrega, “El Alma del Guerrero”, quizás la de menor calidad de la trilogía, más centrada en el combate y desarrollada en su momento por Ubisoft Shanghai. Las Arenas Olvidadas sitúa al Príncipe siete años después de Las Arenas del Tiempo, en una visita al reino de su hermano Malik, una de estas satrapías perdidas entre los desiertos de Oriente Medio, que justo en el momento de llegar el Príncipe es atacada por el enemigo. Malik, temeroso de ser derrotado, liberta al Ejército de las Arenas con funestas consecuencias. Los dos bandos quedan convertidos en arenisca, en medio de la dramática lucha, y ahora solo hay un ejército en el palacio: el de las Arenas.
El nuevo producto, que ha contado con la participación de los mejores programadores formados no sólo a base cientos de horas delante del ordenador y de la paleta digital, sino con cursos específicos.
